Esta práctica que consiste en disminuir el tamaño de un producto, pero manteniendo su precio, es considerada una estrategia de marketing que ocurre principalmente en periodos de alta inflación, explicó el académico de la Universidad de Talca, Milton Inostroza.
Actualmente es recurrente ver en las góndolas de los supermercados, promociones de productos que cuentan con menos gramaje como en el caso del arroz, o menor cantidad de centímetros cúbicos como el aceite, pero con el mismo precio.
Esta estrategia de venta es conocida como reduflación. Así lo explicó Milton Inostroza Muñoz, director de la Escuela de Ingeniería Comercial de la Universidad de Talca, quien indicó que es “una práctica utilizada hace años por las empresas y que consiste en reducir el tamaño de un producto, manteniendo o elevando ligeramente su precio, con el fin de costear los insumos necesarios para su elaboración”.
Sin embargo, detalló el experto, “el término reduflación apareció recientemente y se asocia más bien con periodos de alta inflación, donde los precios aumentan fuertemente en una determinada economía y, por tanto, lo que buscan las empresas es mantener el precio disminuyendo la unidad de medida del producto”.
“Por ejemplo, en los últimos años en Chile, estábamos acostumbrados a usar el formato de aceite de 1 litro y, en periodos de alta inflación, ese formato disminuyó a 900 cm3. Lo mismo ocurrió con otros productos para el consumo del hogar”, puntualizó.
El experto destacó que, “hay que entender que esta práctica se puede realizar en bienes que sean divisibles. Por ejemplo, si tenemos un producto que se vende en gramos, como el chocolate, se podría aplicar disminuyendo en un 10, 20 o un 25 % la cantidad de gramaje”.
Impacto en la inflación
A pesar de lo que se pueda pensar, la reduflación no tiene impacto en la inflación, de acuerdo al especialista, ya que, esta se calcula en unidades de medida estándar, y lo que se mide es el cambio de precio en el tiempo de un determinado producto.
Inostroza agregó que, “lo que buscan las empresas, entendiendo que los consumidores pierden poder adquisitivo en periodos de alta inflación, es seguir manteniéndose competitivos en el mercado y entregar opciones del producto de igual calidad, de la misma marca, para que las personas tengan la posibilidad de adquirirlo”.
Sin embargo, si esta práctica no es comunicada adecuadamente podría afectar la percepción de las personas en relación con una marca, lo que podría significar que se afecte su reputación, por ello, el académico precisó que es vital la comunicación en torno a estas medidas.
“En Chile esta práctica está regulada desde hace bastantes años. Si uno revisa la legislación en esta materia, vamos a encontrar Decretos con Fuerza de Ley del Ministerio de Economía que están vigentes desde el año 2003, donde las empresas están obligadas, para una determinada cantidad o tipos de productos, a comunicar el precio de venta y hacer una comparación con unidad de medida común”, finalizó.