Las médicos realizaron un enérgico llamado a los adultos a prevenir estos accidentes o, en su defecto, entregar el soporte básico durante los primeros segundos del evento para asegurar un mejor diagnóstico.
Por edades, el grupo más afectado es el de los niños por debajo de los cuatro años, seguido de adolescentes entre 15 y 19 años.
Según cifras internacionales, se considera que por cada muerte por ahogamiento puede haber 1 a 4 ahogamientos no mortales que requieren hospitalización en menores. De hecho, se calcula que el 10% de los pacientes pediátricos supervivientes a un ahogamiento van a presentar daño cerebral permanente.
Es por lo anterior que dos médicos especialistas del Hospital Regional de Talca (HRT) realizan un enérgico llamado a la prevención de este tipo de accidentes, ya que las consecuencias pueden ser fatales o invalidantes para la víctima.
Según informó la Dra. Ingrid Atton, intensivista pediátrica de la UPC (Unidad de Paciente Crítico) Pediátrica del HRT, entre los meses de noviembre y diciembre del 2021 tres menores llegaron derivados con diagnóstico de asfixia por inmersión.
“El primero en piscina y los dos restantes en canales de regadío, así que en el fondo sí ha habido un aumento comparativo respecto a años anteriores en esta misma época, en esta región al menos”, indicó la subespecialista, añadiendo que dos de ellos –lamentablemente- fallecieron.
CONSECUENCIAS
El ahogamiento -y los accidentes de tránsito- están entre las 10 principales causas de defunción de niños y jóvenes en el mundo.
De sobrevivir al evento, predominan las manifestaciones pulmonares y neurológicas, no obstante el espectro clínico variará en función de la gravedad del episodio.
“Se produce un paro cardiorrespiratorio, por lo tanto inicialmente puede presentar el fallecimiento del paciente. En el caso de llegar al hospital de alta complejidad, hay manejo en UPC pediátrico, puede presentar algunas secuelas neurológicas, niños que van a requerir manejo de la vía aérea, capacitación a la familia, rehabilitación a largo plazo, con todo el equipo de profesionales necesario”, detalló la Dra. Atton.
SEGUNDOS VITALES
En cuanto a lo agudo, al accidente en sí, el paciente tiene altas posibilidades de fallecer si no es tratado en forma adecuada y precozmente.
Por eso hay que tener en cuenta los siguientes factores para determinar el desenlace:
- El tiempo que permanezca sumergido el menor
- La edad del niño
- Las maniobras de reanimación cardiopulmonar al momento de ser rescatada la víctima
- Tiempos que dure el traslado a un centro asistencial
“Se requiere reanimación cardiopulmonar, consistente en compresiones torácicas y maniobras de respiración boca a boca. Estas maniobras básicas pueden salvar la vida del paciente y también el pronóstico a futuro desde el punto de vista neurológico. Es súper importante mantenerse enfocado y quizás tener nociones básicas de lo que es una maniobra de reanimación”, recomendó la médico intensivista del HRT.
FISIATRA
La Dra. Solange González, especialista en rehabilitación del HRT explicó en detalle que cuando “un niño cae al agua, al poco tiempo pierde la conciencia y luego sufre un paro cardiorrespiratorio, lo que significa que muchos órganos del cuerpo quedan sin oxígeno, donde el que más se resiente es el cerebro. Y si sobreviven, quedan muchas funciones cerebrales alteradas y comprometidas gravemente”.
“Muchas veces vemos niños que requieren ventilación mecánica o sedación durante mucho tiempo o sedación para tratar de salvarles la vida y eso también va generando un compromiso. En ese sentido, se puede ver niños que tienen dificultades para tragar, para respirar por sí mismos y necesitan apoyo, para sentarse, para movilizarse, para poder ir al baño solos, etc.”, indicó la Dra. González.
DAÑO
La especialista señaló que los accidentes por inmersión ocurren más en los niños menores de cuatro años, periodo donde el cerebro aún está en formación.
“Cuando un niño sufre una asfixia por inmersión, que resulta en una pérdida de conciencia, su cerebro tiende a recibir algún tipo de daño y ese puede perpetuarse en el tiempo, sobre todo si son niños muy pequeños, cuyo cerebro es muy frágil”, indicó la médico.
Puntualizó en que “afortunadamente en el HRT, específicamente en UTI y UCI Pediátrica, contamos con un equipo de profesionales que es bastante completo. Tenemos terapeuta ocupacional, kinesiólogo, fonoaudiólogo, fisiatra, psicólogo de apoyo para los padres y en ese sentido el equipo completo evalúa al paciente para ir determinando cuáles son sus necesidades y según cada niño, es la carga de terapia o lo que se le va entregando”.
Por último, una vez que el menor esté en condiciones de ser dado de alta, se realizan las coordinaciones con el Instituto Teletón -de requerirse- para el manejo ambulatorio.
“Nosotros tenemos los equipos, tenemos la posibilidad de ayudarlos en este trance, tenemos las coordinaciones, sabemos lo que hay que hacer, pero hay cosas que cuando se pierden no se recuperan y es lamentable. Y en ese sentido el llamado a la población es a que por favor cuiden a sus hijos en todo momento”, manifestó la Dra. González.