Patricio González pronostica un verano cálido y seco con alto riesgo de incendios forestales

Las altas temperaturas y el viento favorecen la presencia del fuego, a esto se le suma la intervención del ser humano, que de manera involuntaria o intencional puede ocasionar un siniestro en espacios naturales, y en tal sentido es fundamental tomar medidas preventivas.

A medida que se acerca el verano aumentan también las temperaturas y con ello el riesgo de incendios forestales. Según los expertos, condiciones como el viento propician aún más las posibilidades de que se produzcan siniestros en las zonas boscosas.

Patricio González, académico del Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología (CITRA) de la Universidad de Talca advirtió que “debemos esperar un verano bastante largo, cálido, seco, con baja humedad relativa, viento de componente sur y obviamente con un alto riesgo de incendios forestales debido a que estas temperaturas normalmente asociadas con vientos generan condiciones adversas y propician la propagación de los incendios forestales”.

González recordó que en los últimos años las temperaturas se han ido elevando y si el promedio en la zona central era de 35°, ahora se ha elevado a 36°. “Recordemos además que en el año 2019, en Santiago en la estación de Pudahuel se midieron 39 grados en el mes de enero. En Talca hubo un registro de 38, 4 grados y en Chillán en el mismo mes se registraron 40 grados de temperatura”, indicó.

A esto se suma, la falta de lluvias producto del cambio climático. “En el caso de las precipitaciones, la zona central de Chile va a terminar con un déficit cercano al 43 por ciento. Por lo cual, esta mega sequía que ya arrastramos desde año 2007 va a ser una de las más largas que ha tenido la zona desde que hay registros. El tema del agua, los golpes de calor, el estrés hídrico para la agricultura y el uso del agua para el riego va a tener que ser bastante cuidadoso y obviamente las personas de alguna manera también protegerse de la radiación ultravioleta extrema que ya está siendo bastante peligrosa a partir del mes de noviembre”, aseguró González.

Daño y prevención

Por su parte, Óscar Bustos, académico de la Escuela de Ingeniería Forestal de la UTalca, explicó que los incendios forestales tienen consecuencias devastadoras para la naturaleza y todos los organismos que habitan en el lugar de la tragedia. “Lo más característico y visible es la destrucción del ecosistema y del paisaje, esto conlleva que la vegetación afectada dejará de aportará oxígeno, no capturará CO2, y además tendrá efectos sobre el suelo, el hábitat y los alimentos de una gran variedad de organismos, redundando en la pérdida irreversible de la biodiversidad, la contaminación de las aguas y un aumento de las emisiones de CO2 a la atmósfera. En resumen, dichas consecuencias tendrán un efecto  desastroso, afectando directamente los aspectos económicos y sociales, de los lugares en donde se produjo el incendio forestal”, detalló.

Bustos añadió que “el 95% de los incendios forestales en el país, siendo éstos generados de manera involuntaria o intencional”. Y sobre las medidas para evitar siniestros indicó que “son simples y de sentido común, por ejemplo, no arrojar cigarrillos encendidos en la carretera, no fumar dentro del bosque o cerca de pastizales, hacer fogatas en lugares alejados a árboles, pastos y hojarasca, y al término de la fogata, apagar por completo las brasas, cubriendo el área de la fogata con tierra y piedras. Recoger la basura que se genere y llevarla para depositarla en un lugar apropiado”.