Entrevista a Daniel Goleman: “La violencia no es el mejor camino para solucionar la injusticia social”

El reconocido psicólogo estadounidense, quien será parte del equipo docente de un diplomado de Educación Emocional que organiza la Fundación Liderazgo Chile, se refirió al presente de nuestro país y a la necesidad del aprendizaje socioemocional en las aulas de clases.

Uno de los máximos referentes de la psicología, el doctor Daniel Goleman (EE.UU.), reconocido mundialmente por el libro “Inteligencia emocional”, entregó su análisis respecto a cómo Chile ha vivido diversos niveles de violencia desde el “Estallido social” de octubre de 2019. El profesional, periodista y escritor, igualmente se refirió a la importancia de impartir educación emocional desde la primera infancia, de tal modo de desarrollar seres humanos íntegros y, de paso, una sociedad más justa y solidaria.

Aprovechando su participación como docente en el Diplomado de Educación Emocional y Coaching Integral, que la Fundación Liderazgo Chile impartirá desde marzo próximo (Flich.org), el especialista reflexionó sobre el presente de nuestro país.

“En Chile, el descontento inicial se veía como algo “menor”, pero quizás para la gente no lo era, como lo fue el aumento en el valor del pasaje del transporte público. Pero luego, adicionalmente surgieron muchas otras quejas contra el gobierno, y no sólo en Chile, sino que en muchos países de Latinoamérica; quejas a las que no se les dio respuesta. Entonces, surge la violencia. La gente está muy descontenta y donde quiera que haya violencia, hay víctimas”, señaló.

Y continuó: “El residuo de la violencia es ¿cómo puedes ayudar a las víctimas? ¿cómo puedes ayudar con el trauma, cuando has sido víctima, o con la culpa, o el arrepentimiento de haberla ocasionado? Particularmente, si dicha violencia no llevó a una solución. Incluso, aunque hubiese servido de algo, la violencia no es realmente el mejor camino para solucionar la injusticia social”.

Por ello, Goleman apunta a la inteligencia emocional como motor para controlar la ira y la rabia, en un nivel personal.

  • ¿Qué papel juega la inteligencia emocional a la hora de descifrar el comportamiento que tuvo la ciudadanía a lo largo de todo el estallido social y, asimismo, con lo que está sucediendo en otros rincones de América Latina?

“Desde el punto de vista de la inteligencia emocional, las revueltas, las manifestaciones en Chile y en otras naciones, incluso en mi propio país, responden a la ira descontrolada. El problema con la ira, particularmente la ira descontrolada, es que el centro ejecutivo del cerebro, su parte pensante, se congela, se paraliza. Los centros emocionales se apoderan de ella y hacemos cosas de las que nos podemos arrepentir”.

  • ¿Y de qué forma poner un alto a esta creciente ira que, en muchos casos, derivó en la destrucción de bienes que incluso servían a la misma comunidad?

“Para canalizar la ira, es necesario mantener el foco. Mantener la intensidad de la motivación por hacer algo. Apartar el odio, o la parte negativa de la ira, convirtiéndola en una ira que es canalizada para usar cualquier medio que sea efectivo, pero hacerlo desde tu propio control, y no para actuar desde el descontrol con formas que, de igual manera, no ayudarán a conseguir lo que uno quiere”.

Entonces -aseguró- “la clave es moverse de la ira destructiva, a una ira constructiva. Y aquí el aspecto de la autogestión en inteligencia emocional, es extremadamente útil”.

25 años de “Inteligencia emocional”

En el contexto de la conmemoración de los 25 años del lanzamiento de “Inteligencia emocional”, best seller que llevó a Daniel Goleman (Doctor en Psicología de la Universidad de Harvard) a estar en el podio de los especialistas más reconocidos del mundo, el profesional se refirió a las nuevas investigaciones que han ido avalando este marco conceptual, el cual ha influido enormemente en la definición de liderazgo y relaciones interpersonales.

“La investigación es creciente. Lleva más de una década y ha demostrado en este tiempo que cuando enseñas inteligencia emocional a los niños, como parte de su rutina escolar, lo que en las escuelas se llama enseñanza socioemocional, aprenden a ser más conscientes de ellos mismos, a autogestionarse, a sintonizarse con otras personas, e identificar que están sintiendo otros individuos a su alrededor, y luego usar eso para cooperar, para llevarse mejor, para armonizar con otros niños”.

De acuerdo a Goleman, “éstas son habilidades para toda la vida. No sólo de la niñez o la etapa escolar. Posteriormente, descubrimos que los niños no sólo manejan mejor esas habilidades, sino que, si haces un seguimiento en su vida adulta, verás que les va mejor como personas, como parejas, como padres, como miembros de una comunidad, o como líderes. Entonces, éstas son habilidades que tienen beneficios también a largo plazo”.

  • En este contexto, ¿cómo vislumbra el futuro de la educación emocional y su promoción en las aulas de clases, en miras de la construcción de una mejor sociedad?

“Creo que la razón de llevar el aprendizaje socioemocional a las escuelas, es para mejorar la sociedad de cara al futuro. Porque la sociedad es sólo el conjunto de individuos que la conforman. Y si podemos ayudar a que nuestros hijos, niños y estudiantes de hoy aprendan a dominarse a sí mismos y se hagan cargo de sus emociones, en vez de que sus emociones de ellos, de sintonizar con lo que otras personas están sintiendo y usar todo eso para llevarse mejor, tendremos una mejor sociedad a medida que van madurando. Y esa es la esperanza, es la real y profunda motivación que hay detrás del aprendizaje socioemocional”.

Al concluir, el psicólogo indicó que “el viejo pensamiento es que todos los estudiantes necesitan aprender matemáticas, lenguaje, etcétera. Pero la gente hoy necesita más. Necesitan ser capaces de manejar sus emociones, de cooperar y sintonizar con otras personas, porque esto es lo que construye una sociedad más sana. Así es que yo insto a cualquiera que tenga el poder de decidir lo que los estudiantes deben aprender, a que integren el aprendizaje socioemocional en las mallas curriculares”.