Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la primera causa de muerte en Chile y en varios países desarrollados. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 80% de las ECV se pueden prevenir si mantenemos un estilo de vida saludable.
En agosto se conmemora a nivel mundial el “Mes del corazón”, con el objetivo de promover e informar conductas saludables que permitan prevenir las enfermedades cardiovasculares (ECV), que son la primera causa de muerte en Chile y en países como Estados Unidos, Japón y España.
Según datos de la Organización de la Salud (OMS), el 80% de las ECV se pueden prevenir si se mantiene un estilo de vida saludable. En Chile, una de las principales causas de muerte es la aterosclerosis, enfermedad crónica producida por exceso de colesterol en las arterias. Además, hay otras enfermedades consideradas como ECV, tales como: enfermedad coronaria (infarto agudo al miocardio, angina estable), enfermedad cerebrovascular, enfermedad arterial periférica, entre otras.
Elizabeth Luna, nutricionista y Coordinadora del Programa Equilíbrate de Sodexo, explica que hay dos tipos de factores de riesgo que aumentan la posibilidad de contraer ECV. El primero, conocido como “factores de riesgo cardiovasculares no modificables”, incluye condiciones como sexo y edad, donde hay mayor riesgo para hombres de 45 años o más y, en el caso de las mujeres, desde los 55 años.
En segundo lugar, están los “factores de riesgo cardiovasculares modificables” que, acorde a la nutricionista, pueden ser corregidos o eliminados a través de cambios en el estilo de vida. Entre estos, incluye la hipertensión arterial, diabetes, dislipidemia, tabaquismo, obesidad, triglicéridos mayores o iguales a 150 mg, sedentarismo, consumo elevado de alcohol, entre otros.
“Una de las estrategias de salud pública más relevantes dirigida a evitar la aparición de estas patologías, es la recomendación de mantener una dieta saludable con un consumo regular de ácidos grasos omega-3”, acentúa Luna.
Los ácidos grasos omega-3 son una familia de compuestos orgánicos que se pueden encontrar de forma natural en una variedad de alimentos. Dentro de estos ácidos grasos, los más conocidos son el docosahexaenoico, (DHA) y el eicosapentaenoico, (EPA), que se consiguen en pescados, como jurel, atún y mariscos, almejas, ostras, etc, y algunos frutos secos, como las nueces.
“En términos generales, se recomienda un consumo de estos ácidos grasos de 500 mg/día, lo que se cubriría consumiendo productos del mar como los mencionados anteriormente, al menos dos veces por semana, para así contribuir en la prevención de enfermedades cardiovasculares en adultos sanos. Sin embargo, según la última Encuesta Nacional de Salud (ENS 2016-2017), esta meta aún no se alcanza, ya que únicamente el 9,2% de los encuestados declaró cumplir con esta recomendación”, informa.
Además del consumo de omega-3, la nutricionista da cinco consejos para cuidar la salud y prevenir las ECV:
- Reducir el consumo de sal: acorde a diversos estudios, la sal o sodio de la dieta es la mayor causa del alza de la presión arterial con la edad, y la reducción de su consumo disminuye tanto la hipertensión como las enfermedades asociadas a ella.
- Limitar el consumo de alcohol: se ha demostrado que incluso pequeñas cantidades de alcohol pueden hacer que aumente el riesgo de que una persona padezca enfermedades cardiovasculares, tales como: enfermedades coronarias, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia cardiaca, cardiopatía hipertensiva, fibrilación auricular y aneurisma.
- Hacer ejercicio a diario: El ejercicio físico regular puede reducir el riesgo de tener un infarto en un porcentaje que fluctúa entre el 35 y 45%. Lo ideal, es realizar una actividad aeróbica (caminar, trotar, bicicleta, natación, etc.) por al menos 30 minutos, entre 3 y 5 veces a la semana.
- No fumar: el consumo de tabaco produce alteraciones en el organismo, por ejemplo, el estrés oxidativo, aumento de la presión arterial, frecuencia cardíaca, entre otros. Las ECV más frecuentes relacionadas con el consumo del tabaco son: cardiopatía coronaria, enfermedad vascular periférica, aneurisma de la aorta abdominal y accidentes cerebrovasculares.
- Elige una dieta saludable: ya abordamos anteriormente la importancia de incorporar en nuestra alimentación diaria, grasas saludables como los omega-3 como forma de proteger nuestro corazón, pero además hay otros componentes que ayudan a prevenir ECV tales como la fibra y vitaminas, que podemos encontrar al consumir en 2 porciones de frutas y 3 porciones de verduras al día.
“Es importante cuidar nuestra salud cardiovascular a través de la prevención manteniendo una dieta rica en vegetales, legumbres, frutas frescas y bajo en alimentos procesados, como también a través del deporte y la actividad física, hábitos que debiéramos tener presente desde la gestación y a lo largo de toda la vida”, concluye la Coordinadora del Programa Equilíbrate de Sodexo.