[Columna] Sobre Proyecto de Ley “Muerte digna y cuidados paliativos”

Por David Schnettler Rodríguez, médico cirujano pediátrico, magister en Bioética y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica del Maule.

El proyecto de ley de muerte digna y cuidados paliativos que actualmente se discute en Chile (“modifica ley 20.584 que regula los derechos y deberes que tienen las personas en relación con acciones vinculadas a su atención en salud, con el objeto de permitir la muerte digna o eutanasia”), busca regular que el Estado garantice el acceso a ciertas condiciones que se consideran necesarias para el proceso que conlleva el final de la vida de las personas.

Es un proyecto que aún no zanja todos sus artículos, pero en general contempla que personas mayores de 18 años, chilenos o extranjeros residentes, y que cursen una enfermedad grave, progresiva e irreversible, que genere un sufrimiento físico considerable y que soliciten activamente la Eutanasia para su persona, la podrían realizar dentro de un protocolo que garantice un diagnóstico médico correcto, siguiendo una serie de pasos legales necesarios para que el procedimiento de Eutanasia sea llevado a cabo por el personal de salud.

Respecto al eventual derecho a solicitar la Eutanasia por parte de la población chilena, es importante señalar que solo siete países en el mundo han legislado sobre ella en el planeta y que, si bien es cierto puede parecer lógico que una persona con una enfermedad incurable, irreversible y que causa mucho sufrimiento, pueda pedir que un acto médico termine con su vida, hay que señalar la importancia de que no se recurra a la Eutanasia como “solución fácil” frente a otras carencias reconocidas en la sociedad chilena, como son la falta de acceso a cuidados paliativos de calidad, la soledad afectiva y material de las personas, el desamparo económico, entre otros factores que pueden propiciar que una persona con una enfermedad crónica, solicite terminar con su propia vida.

Por otro lado, este proyecto de Ley garantizaría el acceso a los cuidados paliativos a todas las personas que se encuentren en una situación terminal de salud (actualmente está restringido casi completamente a los pacientes oncológicos), lo que ciertamente ayudaría a mejorar las condiciones en que las personas llevan adelante su último tiempo de vida, con mejor confort, acompañamiento y alivio de síntomas. Esta garantía permitiría que la mayoría de las personas que se mantienen en estas condiciones de salud mencionadas, pudieran llevar mejor sus procesos y no recurrir necesariamente a procedimientos tan extremos como es la Eutanasia.