[Columna] Semana Santa

Por Pbro. Carlos Irarrázaval E. – Capellán Fundación Las Rosas

De nosotros depende que esta semana sea realmente Santa, que nuestra vida sea Santa y que así podamos ayudar a santificar el Chile en que hoy nos toca vivir. Cada uno de nosotros nos tenemos que jugar porque este sea un tiempo de reflexión, un tiempo de unión íntima con el Señor Jesús. Contemplamos el Misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.

En medio de la locura de la muerte, la droga, la descalificación, del disparar a la cabeza a matar, de desechar al otro, del solo preocuparme de lo mío, de creerme más que los demás y de cuantas cosas más que nos delatan el poder de las tinieblas, en medio de nosotros resplandece la Luz del Señor Resucitado. En Él nos gozamos de ver que la muerte ha sido vencida; que la unión nos hace fuertes para enfrentar al terror, que el perdón hoy nos desafía al heroísmo, nos ilumina para buscar la justicia y nos regala La Paz.

Ante la verdad de la Resurrección nos encontramos con la muerte de un modo distinto; nos encontramos con la muerte de un modo esperanzador.

Por eso en Fundación Las Rosas queremos ser “Antesala del Cielo”; queremos acompañar a las personas mayores de la mano, hasta su partida, los acompañamos hasta la puerta del Cielo. Vayamos juntos caminando al encuentro con el Señor, con un espíritu lleno de Fe y de Esperanza. Los invitamos a vivir la fiesta del Resucitado con esa intención y con esa intensidad; porque hay muchos en el mundo que viven llenos del espíritu de muerte y nosotros tenemos que ayudar a poner Espíritu de Vida, de Vida Eterna.

Aprovechemos las celebraciones en las parroquias y comunidades. No dejemos pasar estos días Santos sin encontrarnos más íntimamente con el Señor; que sea como un recargar las pilas para el resto del año, en lo que significa nuestro ser creyente “¡Sí Señor, creo y aumenta mi Fe!” “¡Creo que Tú eres el Señor de la Vida, y contigo puedo caminar confiado, sembrando palabras y gestos de Vida, en este Chile herido por los gestos de muerte. Ven Señor que te esperamos! ¡Te necesitamos!