[Columna] La democracia se aprende y se defiende con participación

Alejandro Villalobos Martínez, doctor en historia y académico de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UCM.

El nivel de participación electoral visto el 25 de octubre, representa claramente una renovación en el compromiso de la ciudadanía con la democracia. Hay en esto varios elementos muy importantes. El primero se refiere a que el patrón electoral seguro reflejará que el mayor número de votantes son menores de 30 años, lo cual no se veía desde el plebiscito del año 88, y también hubo alta asistencia de las personas de la tercera edad, mientras que la generación que está entre los 40 y 50 años no cree en el cambio.

Destaca además que participó más del 50% del padrón electoral en medio de una pandemia y con voto voluntario, lo que demuestra una renovación del electorado. La generación que está entre los 40 a 50 años pertenecen a un modelo ciudadano que se agotó y que la clase gobernante no creen en el cambio. La última vez que ocurrió alta participación fue en el año 2012 para elecciones presidenciales, pero con otro sistema que era inscripción voluntaria y voto obligatorio, entonces claramente representa una renovación del patrón electoral nuevos bríos nuevas fuerzas electorales.

Es bueno aclarar que esta transformación no nace producto de la violencia, nace de la madurez ciudadana, de la capacidad crítica de los chilenos de analizar su entorno. Hay que entender que el país quiere dar un paso adelante para consolidar una sociedad más justa. Estamos frente a una sociedad que visualizo que ha madurado al menos con respecto a defender sus intereses.

Claramente la nueva Constitución no le va a mejorar la vida a los chilenos de la noche a la mañana, pero le va a permitir a Chile proyectarse para los próximos años con justicia social y derechos garantizados. Es un proceso constituyente que tiene que ser la hoja de ruta entre la ciudadanía y la necesaria clase política para consolidar la democracia.

Urge que se establezcan acuerdos entre todos los actores políticos que traten de generar puentes y que dejen de tener la idea que tienen la verdad absoluta. Realmente, eso es lo que le ha hecho daño a nuestro país. La incapacidad de generar puentes entre todos los actores sociales. Entonces, se espera que, con los resultados del plebiscito, se entienda y valore la democracia, sin proyectos excluyentes.

En la UCM formamos a quienes tienen la responsabilidad de educar, pues en la educación está la clave para revertir las debilidades de nuestro sistema, que debe sustentarse en la ciudadanía.

Vuelvo y repito, este plebiscito es un hecho histórico, por primera vez una ciudadanía va a tener la posibilidad en la historia de Chile de participar en un proceso Constituyente abierto y democrático, la historia constitucional Chile parte de por allá por 1812 con el reglamento constitucional provisorio, que rigió en Chile entre 27 de octubre de 1812 hasta el 6 de octubre de 1813, y nunca la ciudadanía había participado de una constituyente. Por eso es fundamental que la clase política escuche a la ciudadanía, para proyectar al país para los próximos 100 años.