Existen daños que impedirían conducción del agua en esta temporada. Se necesitan 1.500 millones de pesos para la zona.
La zona agrícola del Longaví está completamente afectada por los temporales ocurridos en junio y agosto, pues más de la mitad de las comunidades no están preparadas para recibir agua en sus predios. Así lo informa la Junta de Vigilancia del Río Longaví y sus Afluentes (JVRL), quienes hicieron un catastro de la situación en los conductos y estimaron que la inversión podría superar los 1.500 millones de pesos para las comunidades de aguas del lado norte del río, además de los Canales, El Carmen, Retiro y Maitenes. Lo que afectaría a alrededor de 3 mil familias agricultoras que, mayoritariamente, tienen cultivos tradicionales, berries y manzanas.
Después de las precipitaciones ocurridas en junio quedaron 14 (de 21) bocatomas con graves daños, estructuras afectadas y puntos con deslizamientos y embanques. Con el último frente, los mismos lugares fueron afectados nuevamente, profundizando las consecuencias.
El Presidente del Directorio de la JVRL, Máximo Correa, dice “si no fuera por el embalse Bullileo, que sirvió de colchón, el desastre habría sido muchísimo más grande. Es necesario otro embalse, y no sólo para regular crecidas, también para asegurar el riego en la zona”.
Hace cerca de dos meses, desde el nivel central, pusieron a disposición un concurso de emergencia para la rehabilitación inicial de los canales. Por ahora, se esperan los resultados y mientras, la JVRL está en búsqueda de financiamiento. Muestra de ello, son las gestiones que hace el Presidente del Directorio, para buscar alternativas de financiamiento para los usuarios.
Retraso en nueva temporada
Los terrenos permanecen húmedos, se esperan más precipitaciones y los canales del lado norte no están operativos. Es por ello que el inicio de la nueva temporada podría retrasarse un par de semanas, estimando que la distribución de aguas comience a fines de septiembre. Pero, el panorama es desalentador como indican en la JVRL, pues no alcanzarán a tener todo habilitado nuevamente.
Máximo Correa comenta que “inicialmente, en temporada de riego con agua en el río, no habrá tanto problema para regular, pero sí cuando se empiece a aforar con embalse y tasas específicas. Le diría a los agricultores que no intervengan las acciones de la JVRL en las bocatomas… vamos a tener que regular con piedras y patas de cabras, como en la antigüedad”.
Se suma, según pronósticos, que en noviembre comenzará el calor intenso en la zona. Lo que provocará un desastre agrícola para quienes han sido afectados por el cauce del río y por las fuertes precipitaciones presentadas.
Transmisión en el suelo
La JVRL informó a la Dirección General de Aguas (DGA) sobre la condición de algunas estaciones de transmisión en canales, las que fueron destruidas o gravemente dañadas. La preocupación por ello también está en las Directivas de las Comunidades, pues aún no saben si tendrán un tiempo permitido para reparar el sistema y así evitar multas.
De esta forma, se podría incumplir con la normativa impuesta de monitorear y transmitir las extracciones efectivas de aguas.
Consecuencias
Uno de los Directores de la JVRL, Alfonso Rodríguez, explica que “estos eventos han sido profundamente dañinos para la agricultura, afectó mucho al Maule en general. Hay huertos y siembras de trigo y avena que se inundaron, lo que trae grandes pérdidas, el panorama no se ve bueno”.
Además, Rodríguez comenta que lo sucedido en esta temporada no lo había visto nunca en los 50 años de agricultor que lleva, diciendo “siempre hay inundaciones, pero no una catástrofe como ésta, hubo daño en tantos lugares. Incluso en el temporal de junio, a nivel nacional, Bullileo marcó el punto en donde más precipitó”.
Finalmente, con respecto al apoyo estatal, comenta que “el Gobierno ayudará vía Indap y otras cosas que en algo van a palear, pero es muy grande el daño. Hay muchos que perdieron frutales que se llevó el río y deberán sembrar de nuevo y esperar 4 años para ver resultados”, puntualiza.