Una grúa pluma se desplomó sobre dos viviendas en Santiago este lunes, accidente que se suma a otros similares ocurridos en el país y que, según los especialistas, pone de manifiesto la falta de regulación sobre el uso de este tipo de maquinaria y su fiscalización.
Así lo planteó Armando Durán, director de la Escuela de Construcción Civil en Obras Civiles de la Universidad de Talca. “Se ha visto cada vez más frecuentemente este tipo de accidentes y obedece al crecimiento urbano en altura de la mayoría de las ciudades del país”, declaró.
Según el docente, existe una falta de actualización de las normativas que controlan estas actividades. “La legislación que nosotros tenemos con respecto a la utilización de grúas torre data de la década de los años 70, no ha habido modificaciones posteriores de acuerdo a lo que son los estándares internacionales”, explicó.
En Europa, por ejemplo, la vida útil de una grúa torre es de cinco años, detalló el constructor civil. “Pero en Chile no existe ese límite y se están ocupando grúas torre usadas, sin la garantía, sin que se garanticen las protecciones y la fatiga de los materiales” advirtió el especialista en dirección y administración de proyectos inmobiliarios.
Respecto de la legislación nacional, detalló que existen tres normativas relacionadas con esta actividad que se refieren a su clasificación, requisitos de instalación y de seguridad en el entorno. Sin embargo, ninguna de ellas se refiere a la obligatoriedad en la correcta mantención de esta maquinaria.
Actualmente existe un proyecto en la Cámara de Diputados donde se establecen nuevas exigencias para prevenir los accidentes en altura. Sin embargo, Durán aseguró que no se le ha dado ninguna prioridad.
En cuanto al origen de los incidentes, el docente aseguró que éstos se deben en su mayoría al desgaste de la estructura: “Eso es lo que tienen en común todos estos accidentes de grúa torre: la fatiga de material por la nula mantención, no hay control de la mantención de aquellos arrendatarios que solo buscan el fin de arrendar, pero con mantención cero”.
En este sentido, Durán declaró que la responsabilidad recae tanto en el arrendador de la maquinaria, como en la constructora que la utiliza. “Jamás la persona que arrienda una grúa torre pide un manual de mantención. No existe una legislación, no hay una exigencia en eso, por lo tanto, la constructora es la responsable de verificar como están las mantenciones del equipo”, enfatizó.