Existe presencia de contaminación en sectores que estaban libres de ella.
Se terminó la primera ronda de monitoreo de calidad de aguas de la red de riego de la JVRL, ratificando que son de buena calidad y aptas para el riego. Esto, basado en monitoreo químico, físico y microbiológico, lo que entrega datos relevantes como que el recurso no está apto para el consumo directo como bebida y en esta temporada se identificó un aumento en la contaminación.
“La principal inquietud del monitoreo es la mayor contaminación microbiológica en la fuente natural, si bien es marginal, hoy hay presencia de coliformes. Esta es una señal de que se está empezando a contaminar el agua en la precordillera”, indicó el gerente técnico, Lisandro Farías.
Se mantiene que la calidad hacia la cordillera mejora y aguas abajo empeora; esto en rango generales, porque el resultado final ya estará en abril, cuando se reciban los resultados de los dos monitoreos y el resultado de los laboratorios donde se envía contra muestra y ahí se tendrán algunas conclusiones definitivas por la temporada.
Esta temporada hubo una innovación, pues se amplió la red hacia la precordillera por una solicitud de las juntas de vecinos y la necesidad de profundizar en el conocimiento. Se hicieron 40 estaciones de monitoreo, de las cuales 5 fue en las fuentes naturales: en ríos y esteros de la cuenca.