La científica de la Universidad Católica del Maule, Sara Cuadros, logró producir un compuesto que extiende la vida útil de las frutas, abriendo una atractiva oportunidad para la industria exportadora.
En hasta cuatro semanas podría retrasar la pudrición de frutas un hidrogel creado por una científica de la Universidad Católica del Maule (UCM) y su equipo de investigación.
El compuesto inhibe el crecimiento de hongos y evitaría pérdidas millonarias por pudrición en la industria exportadora de frutas.
“Todo depende de la temperatura de conservación, pero si la fruta se mantiene en frío, el hidrogel atrasa el surgimiento de pudrición en tres o cuatro semanas al menos. Si hay quiebre de la cadena de frío, el efecto es de una o dos semanas”, dijo la doctora en Ciencias de los Alimentos, Sara Cuadros, quien lidera el proyecto financiado por el Gobierno Regional de O’Higgins, a través del Fondo de Innovación para la Competitividad Regional (FIC–R).
“Nosotros preparamos este hidrogel en base a polímeros y extractos naturales con propiedades antifúngicas y lo incorporamos a la superficie interna de las bolsas para empacar uvas de mesa. La aplicación tiene un espesor; luego se hace un secado y entonces la película queda inmovilizada recubriendo la bolsa internamente. A través de la emisión gradual de los compuestos volátiles que están presentes en el hidrogel, es que se da la protección”, explicó la también académica de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la UCM.
El hidrogel, que el centro de estudios busca patentar como una idea original, corresponde al resultado de tres años de investigación aplicada. “Durante el transporte -precisó Cuadros-, las frutas se conservan generalmente con una cadena de frío a temperaturas bajas, pero además es necesario ponerlas en bolsas muchas veces con atmosfera modificada, que tienen algunos emisores de gases que si bien inhiben el crecimiento de hongos, producen también daños a las frutas. Hay que buscar soluciones alternativas”.
Producto sustentable
En cuanto a la fabricación del hidrogel, la científica indicó que Chile dispone de todos los ingredientes. “Uno es en base a algas marinas y el otro, un producto apícola. El producto es sustentable porque tenemos las materias primas y las industrias que las transforman y, por lo tanto, potencia igualmente el desarrollo socioeconómico del país”, puntualizó.
Para el jefe comercial de “Envases PacLife”, Cristian Parra, quien acudió a un seminario dictado por la académica en San Fernando, la innovación representa una oportunidad de liderazgo.
“Insertar este tipo de productos sería para nosotros una ventaja competitiva, puesto que podríamos presentar a la industria de frutas y alimentos una tecnología que le permite hacer tránsitos más largos y llegar con un producto más seguro, más inocuo y más fresco a la mesa del consumidor final”, sostuvo el ejecutivo, cuya empresa cuenta con clientes en países como Perú, Argentina, Uruguay, Brasil y Colombia.
“Haríamos un salto cualitativo, porque nosotros le ofrecemos a la industria un producto que permite conservar, pero que no tiene control sobre hongos y bacterias. Este aditivo ofrecería un envase 2.0 que solucionaría estos inconvenientes”, afirmó.
El proyecto involucró asimismo a la Asociación Gremial de Pequeños Apicultores de O’Higgins, que contribuyó con propóleo a los experimentos.
“Para nosotros sería importante trabajar el propóleo, porque así tendríamos algo para vender cuando se acaba la temporada de la miel. Es una alegría inmensa ver como cierra el proyecto, porque tenemos una cosa en nuestras manos que nadie nos había entregado antes”, manifestó Raquel Lagos, presidenta de la agrupación.