A 15 meses del comienzo de esta crisis, el desgano y la falta de motivación por continuar con las medidas sanitarias podrían resultar en una mayor cantidad de casos positivos, según la epidemióloga de la UTalca, Erika Retamal.
El cansancio y la desmotivación son algunos de los síntomas que presentan las personas afectadas por la llamada “fatiga pandémica”. A más de un año del comienzo de la crisis sanitaria que cambió la vida de muchos, la implementación de nuevas cuarentenas pone de manifiesto los efectos del COVID-19 en la salud mental.
A juicio de la directora de Salud Pública de la UTalca, Erika Retamal, la denominada “fatiga pandémica” podría contribuir en un aumento de las cifras de contagios ya que, según explicó, las personas dejan de cuidar su salud y toman mayores riesgos. “Uno se vuelve un poco más descuidado”, manifestó la epidemióloga.
Según la experta de la casa de estudios maulina, a esto se suma que existe un agotamiento generalizado por mantener las restricciones. “La gente ya está cansada de usar mascarilla, de mantener la distancia física, de no ver a familiares, de no encontrarse con otros y otras”, aseguró la directora.
La académica indicó que “esta pandemia de COVID ha significado una crisis y las personas reaccionamos a las crisis de diversas maneras”.
Sin embargo, agregó que esta situación de crisis ha sido muy prolongada, lo que complica sus consecuencias psicológicas. “Cuando esta crisis es persistente y dura más de un año, como en el caso del COVID-19, y no se ve cuando pueda terminar, existe una reacción de desmotivación, desesperanza, hastío, donde a las personas ya no les interesa mucho saber de la pandemia y tampoco seguir las medidas preventivas”, sostuvo.
Este panorama queda en evidencia al escuchar los discursos de las personas. Según la epidemióloga utalina, “a comienzos de año se tenía una sensación de que la pandemia tenía un fin establecido”, pero agregó que en la actualidad el discurso es diferente. “Ahora estamos escuchando: ¿Cuándo se irá a acabar esto? Es como una apatía y un desgano”, recalcó.
Por esta razón, Erika Retamal enfatizó que hoy, más que nunca, es fundamental que las autoridades sanitarias insistan en un mensaje directo a los ciudadanos. “Deben mantener el discurso claro, la comunicación de riesgo enfocada a los mundos de cada persona, con un enfoque de pertinencia cultural”, afirmó.