Los factores de riesgo abarcan desde “infecciones por HPV, tabaquismo, inicio de vida sexual precoz y múltiples parejas sexuales que conducen a infecciones de transmisión sexual, inmunodeficiencias o inmunosupresión”, indicó la académica de la UTalca, María del Pilar García.
Según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el cáncer cervicouterino es el tercero más común entre las mujeres de América Latina y el Caribe. Cada año, más de 72 mil son diagnosticadas y más de 34 mil fallecen por esta enfermedad en el continente.
La vacunación contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) puede reducir significativamente el riesgo de contraerlo. Por eso, la mencionada entidad recomienda vacunar a las niñas de entre 9 y 14 años, edad cuando la vacuna es más efectiva. Si bien está disponibles en 35 países de nuestro continente, las tasas de cobertura con las dos dosis aún no alcanzan el 80% de las niñas. Junto con la vacunación, el diagnóstico temprano y el tratamiento de las lesiones precancerosas pueden prevenir nuevos casos y muertes.
Según indicó la académica de la Escuela de Obstetricia de la UTalca, María Pilar García, “la Comisión del Cáncer del Ministerio de Salud (Minsal) señala que este cáncer es una alteración celular que se origina en el cuello del útero y que se manifiesta inicialmente a través de lesiones precursoras, de lenta y progresiva evolución hasta desarrollar cáncer in situ, en grado variable cuando se circunscribe a la superficie epitelial y –luego- a cáncer invasor cuando el compromiso traspasa la membrana basal”.
La profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud agregó que “el objetivo del Programa de Cáncer Cervicouterino del Minsal es mejorar la sobrevida y calidad de vida de las mujeres con esta enfermedad, con un diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno y de calidad. Su confirmación diagnóstica la incluye dentro de las patologías GES (Garantías Explicitas de Salud)”.
Consultada sobre las cifras de personas afectadas en el país, García indicó que este cáncer “es más frecuente entre los 35 a 54 años. Se considera población de riesgo a las mujeres de 25 a 64 años. En menores de 25 años este cáncer es muy poco frecuente”.
“El alcance del Papanicolaou (PAP) en Chile, es de 55,6 % en mujeres de 25 a 64 años (2014) y el aumento de su cobertura es proporcional con la disminución de la mortalidad por la cáncer cervicouterino, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). En relación a la toma de PAP, 27% de las mujeres con cáncer de cuello uterino invasor presentan PAP atrasado, y un 37% nunca se han realizado este examen”, señaló.
Este examen es gratuito y realizado por matronas y matrones en todos los centros de salud del sistema público, “y consiste en tomar una muestra del cuello uterino mediante un procedimiento sencillo, que no duele y dura solo unos minutos. Estas células se miran en un microscopio para ver si están sanas o con lesiones. En caso de alguna lesión, se deriva a un especialista, para confirmar un diagnóstico e iniciar rápidamente un tratamiento para evitar que se desarrolle o agrave un cáncer”, explicó.
La profesora García señaló que en mujeres sanas de 25 a 64 años, “la indicación técnica es tomarlo cada 3 años. En menores de 25 años, se puede hacer si han iniciado su vida sexual o han tenido hijos, aunque no estén en el grupo de riesgo”
Sobre la mortalidad, García indicó que al año 2014, se daban alrededor de 600 muertes por año, es decir, 6,3 por cada 100 mil mujeres. “Es la tercera causa de mortalidad por cáncer en la mujer después del cáncer de vesícula y de mama. Hace 20 años atrás era el más frecuente”, dijo.
VPH
El origen de este cáncer se asocia al Virus del Papiloma Humano (VPH), “pero solo algunos genotipos de VPH están asociados al cáncer y su vía de contagio es por transmisión sexual. Algunas mujeres continúan siendo portadoras del VPH toda su vida y están en alto riesgo de sufrir progresión a lesiones intraepiteliales y cáncer de cuello uterino, vulva, vagina y canal anal. Generalmente, pueden pasar hasta 20 años antes que algunas mujeres infectadas, desarrollen este cáncer”.
En este sentido, María del Pilar García explicó que “el Ministerio de Salud agregó al Plan Nacional de Inmunizaciones, la vacunación contra VPH en las niñas de 4to (Primera dosis) y 5to Básico (Segunda dosis) de todos los establecimientos educacionales del país, y posteriormente incluyó a los niños. Adicionalmente, la vacuna protege contra enfermedades causadas por el VPH tales como las verrugas genitales”.
Al mismo tiempo, destacó la importancia del uso del preservativo femenino y masculino.
PREVENCIÓN
Para evitar esta enfermedad se deben conocer sus factores de riesgo, que según indica la académica de la UTalca, son “infecciones por HPV, tabaquismos, inicio de vida sexual precoz, multiparidad, múltiples parejas sexuales, infecciones de transmisión sexual, inmunodeficiencias o inmunosupresión”.
Finalmente, las recomendaciones son aplicar la vacuna HPV de niños y niñas de alrededor de los 9 a 12 años en el sistema escolar en dos dosis, en 4° y 5° básico; toma del PAP cada 3 años, y el uso de preservativos femenino y masculino.